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Rutas con encanto

Cuevas del Drach. Belleza natural de Mallorca

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Son muchas las atracciones naturales con las que cuenta la isla y las Cuevas del Drach, conocidas ya durante la Edad Media, son una de las imprescindibles.

La temperatura en la cueva varía entre los 17º y 21º, la del agua de sus lagos internos entre los 18º y 19º, y la humedad relativa de alrededor del 90/95%, son condiciones climáticas envidiables para mantener el crecimiento de las formaciones.

Con la vista puesta en el mayor de sus lagos, el Martel, bien dispuesto sobre un gran anfiteatro, la visita incluye el disfrute de un pequeño concierto de música clásica en vivo de unos diez minutos de duración, siendo este el único momento donde no está permitida ni la grabación de imágenes ni la utilización de cámaras o dispositivos electrónicos.

Plano Cuevas del Drach Fuente: www.cuevasdeldrach.com

Si cabe, la primera de las curiosidades la tenemos en su nombre. Cuando generalmente hacemos una visita a una de estas cavidades lo hacemos y la nombramos en singular. Sin embargo, aquí visitamos, en plural, las Cuevas del Drach ¿a qué obedece esto? Muy fácil. Realmente, las Cuevas del Drach, son cuatro cuevas unidas entre sí. Las denominadas cueva Negra, la cueva Blanca, la cueva de Luis Salvador y, por último, al final del lago Martel que indicábamos antes, la cueva de los Franceses que ya se visitaba en la antigüedad. Es en este punto donde la temperatura del aire es la menor durante todo el año.


Cómo se descubrieron y como han evolucionado.

Existen documentos que evidencian que las Cuevas del Drach ya eran conocidas en la Edad Media, desde el año 1338. También se ha constatado que se producían visitas, de carácter esporádico, durante los siglos XVIII y XIX.

Es en 1880, cuando el topógrafo y espeleólogo alemán M.Friedich Will, levantó el primer plano detallado de la cueva indicando la localización de la cueva Blanca y la cueva Negra.
Nada más entrar a la cueva nos podemos dar cuenta de la magnitud de la misma
Miles y miles de estalactitas, formadas durante millones de años, nos asombran en esta visita a las Cuevas del Drach

Pocos años después, en setiembre de 1896, es el reconocido espeleólogo francés Eduardo Alfred Martel quien descubre el resto de las cuevas: la de Luis Salvador y la de los Franceses, además del lago subterráneo que lleva su nombre.

El lago, que se encuentra actualmente en el punto más extremo de la visita a pie, tiene unos 117 metros de longitud por unos 30 de ancho. Su profundidad oscila entre los 4 y 12 metros. Estas dimensiones le hacen ser uno de los mayores lagos subterráneos del mundo. Martel, en reconocimiento al mecenazgo de esta expedición del Archiduque de Austria Luis Salvador de Habsburgo-Lorena, le dedica con su nombre una de las cuevas.
Las distintas tonalidades del lago Martel nos hacen conocer su profundidad

En 1929 se abre una nueva entrada a la cueva, frente a Cala Murta, que desde entonces se ha convertido en la entrada principal. Otro de los hitos importantes de las Cuevas del Drach lo representa su fantástica iluminación. En 1935, y después de quince meses de trabajo, el ingeniero catalán Carles Buïgas, conocido como “el mago de la luz”, culmina su proyecto de iluminación eléctrica del interior de la cueva que incluye el espectáculo conocido como “Amanecer en el lago”, y del que estoy totalmente seguro te va a encantar.
Foto tomada sin flash en el interior de la cueva a la altura del Monte Nevado

Datos y sugerencias.

La visita a las cuevas, totalmente a pie y lamentablemente inaccesible en silla de ruedas, lo es durante alrededor de una hora. En un recorrido de unos 1200 metros, alcanzando un desnivel de 25 metros, es necesario bajar y subir escalones, en algunos casos en tramos húmedos. Hay zonas donde es recomendable ayudarse de barandillas.

El camino del recorrido, además de los numerosos guías que acompañan a los grupos, está bien señalizado. Los horarios y tarifas, que varían según temporada, es mejor consultarlos directamente en su página web que aquí te indicamos.

Salvo en el momento del concierto, en el resto del recorrido es posible tomar fotografías y vídeo, eso sí, sin usar flash ni tampoco focos o trípodes. Parecería innecesario decirlo pero, por desgracia, hay que incidir en ello: no se pueden tocar las formaciones rocosas ni salir de los caminos marcados.
Entrada/ticket a la Cueva del Drach

El recorrido por las cuevas.

Curiosamente, el recorrido se inicia por la última cueva en ser descubierta, recordad, en 1896. Se trata de la cueva de Luis Salvador. Desde el mismo momento del acceso ya notaréis la elevada humedad ambiental imprescindible para el crecimiento de las formaciones.

Iniciamos el descenso donde ya podemos apreciar la belleza de las formaciones a ambos lados del recorrido y la amplitud de la cueva. Poco antes de la finalización de este tramo de escalera se encuentra "La Bandera". Esta formación, llamada así porque tiene forma de lienzo, combina varios colores consecuencia de las filtraciones de diferentes minerales.
Detalle de "La Bandera"

En el techo de esa misma sala es posible apreciar miles de pequeñas estalactitas en estado inicial de crecimiento que, no olvidéis, lo hacen a razón de 0,2 y 1,6 milímetros por cada año. Detalle éste para hacer nuevo recordatorio: no toquéis ninguna piedra ni estructura.

Aquí mismo, al final de la escalera, podemos deleitarnos con la belleza de los "Baños de Diana". Este pequeño lago aquí formado mantiene un color azul intenso y se adentra en la cueva como un pequeño canal a espaldas de otra de las formaciones: el "Castillo en Ruinas".
Cueva del Drach. Vista de los "Baños de Diana"

El "Monte Nevado", es la siguiente formación que debe su nombre al color blanco producto del carbonato de calcio que filtra la lluvia a través de las rocas. Seguimos ascendiendo por la cueva para encontrarnos, a la izquierda, al "Canal Azul", prolongación del lago Martel y donde el color azul del agua le da nombre. Estalactitas y formaciones que, de un color blanco casi puro, parecen velas. Formas, caras, allá donde pongamos nuestros ojos nuestra imaginación te hace ver cualquier figura que, a sabiendas de no haber sido esculpida por la mano humana, te hace sacar a la luz el asombro de la fuerza de la naturaleza.

Se me ocurrió preguntar a la guía el por qué de las distintas tonalidades en el color del agua: verde, azul, blanca o transparente. La respuesta está en la profundidad. El verde nos dice que el fondo tan solo tiene unos 3 metros. El azul, el más profundo, lo es por unos 8 metros y aquella que vemos blanca, mejor dicho transparente y con el fondo a la vista, es porque sólo tiene 1 metro.

Impactante imagen y colorido del Canal Azul, una extension del lago Martel

La magia final de un concierto

Hemos llegado casl al final de nuestro recorrido. Ante nuestros ojos desde un gran auditorio subterráneo observamos la belleza del lago Martel. La amplitud numérica del grupo hace que los guías se afanen en situarnos, sentados y en perfecto orden, con una instrucción muy clara: no está permitido aquí, una vez comience el espectáculo, utilizar las máquinas de fotos ni las cámaras de video.

Se hace la oscuridad total. Desde la lejanía, la melodía de una pieza clásica comienza a escucharse. Es momento de cerrar tus ojos y trasladar tu mente a otro nivel. Poco a poco la melodía se nota más cercana. Abres los ojos y comienzas a divisar como una luz tenue avanza desde el fondo de la cavidad. Luz y música se hacen notar por medio de una pequeña barca, iluminada en todo su contorno, y que desplaza a un cuarteto de cuerda y piano. Le anteceden otras dos barcas, con tan solo un remero en cada una de ellas, pero también decoradas lumínicamente.
Un gran auditorio se abre ante el lago Martel para escuchar un pequeño concierto.

Una, dos y hasta tres piezas clásicas conforman este apreciado mini concierto de unos diez minutos de duración con un decorado extraordinario y una acústica especial. A su finalización, la iluminación se retoma suavemente. Las estalactitas van cobrando color y, aunque somos sabedores de nuestro carácter turístico, se hace sentir la emoción.

La barca con los músicos va desapareciendo por el interior de la cueva y el lago sin que cese la música. Ha llegado el momento de, quienes así lo deseen y allí que fuimos, nos subamos a dos de esas barcas para tomar camino a la Cueva de los Franceses. Otros, lo pueden hacer mediante un camino que va bordeando la orilla del lago. Tras ese breve trayecto, ya solo queda subir los 120 escalones de la cueva para tomar la salida.
Es aquí cuando uno puede apreciar la verdadera altura de la cueva y otro buen resto de formaciones. Sin duda, la visita ha merecido mucho la pena.
Cuevas del Drach. Embarcando en el lago Martel
Cuevas del Drach. La diversidad de colores, según los minerales de la roca y la filtración del agua, permite divisar escenas como esta.

Sin duda, las Cuevas del Drach se encuentran entre las atracciones y visitas más famosas de Mallorca. De carácter privado, propiedad de la familia Servera, son recorridas diariamente por miles de visitantes en competencia -a mí me parece absurda- con las también cercanas Cuevas de Hams.

Si puedes, apreciarás las diferencias, haz visita a ambas. Aunque esta vez nosotros nos hemos quedado con este interior lleno de rocas carbonatadas y con una antigüedad de entre 11 y 5,3 millones de años. Ahí es nada.
Cuecas del Drach. Salida en ascenso en dirección a la Cueva de los Franceses.

¿Cómo llegar hasta las Cuevas del Drach?

Créenos que no queremos escribir aquí un tocho de cómo llegar hasta las Cuevas, primero porque no sabemos desde donde lo quieres hacer. Cualquier agencia, tour operador, tú mismo por medio de google maps, lo puedes hacer. Pero, para que no te quedes así, sin nada, te dejo aquí el enlace y las explicaciones de su propia página web de "cómo llegar". Pincha en lo resaltado naranja.
El dragón, logotipo de las Cuevas, a la entrada de las Cuevas del Drach

Por cierto. El dragón de piedra que forma parte del logotipo de las cuevas, y que se exhibe junto al busto que recuerda a Juan Servera, sugiere varias hipótesis: la semejanza de un lagarto que sube una columna real o tan sólo una piedra descubierta. El caso es que es objeto de miles de fotos, como la que te mostramos.

Si quieres seguir disfrutando de la isla no te pierdas la guía que hemos preparado de su capital: Palma de Mallorca.

Pulsa aquí, para acceder a ella.

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