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Rutas con encanto

Bratislava y sus populares estatuas.

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Texto y fotos por © José Manuel Beltrán.

No toda la belleza de una ciudad se encarna en sus edificios emblemáticos, la hospitalidad de sus nativos o la grandiosidad de sus plazas.  En muchas ocasiones el atractivo de sus calles, plazas y rincones viene dado por otros pequeños detalles, algunos de ellos tan populares como sus monumentos, y que incluso vienen a simbolizar a la ciudad que visitamos.
Comparado con los principales monumentos de la ciudad, las populares estatuas de Bratislava se reparten por las calles de su hermoso y pequeño casco histórico, haciéndose obligada la visita de las mismas y la obtención de la fotografía que, a buen seguro, algún conocido te recordará si la has tomado. Por regla general no vienen a representar un excesivo valor artístico aunque si aúnan un cariño especial y entretenimiento popular. En nuestro anterior artículo nos dedicábamos a conocer Bratislava, en lo que denominamos como el placer de pasear.

La marca del kilómetro 0 de la ciudad se encuentra en la Puerta de San Miguel. Curiosamente está indicada la distancia hasta … Madrid.


Descubriendo algunas de las populares estatuas de Bratislava.
El Cumil asoma su cabeza a través de una alcantarilla. Es esta la más conocida estatua de Bratislava.

Sin lugar a dudas la más conocida es el Rubberneck o también conocida como Cumil. La encontramos en la intersección de las calles Sedlarská y Panská, en pleno casco histórico. Ten cuidado no te la vayas a pasar pues para ello tendrás que dirigir tu vista hasta el suelo. Y digo hasta el suelo porque, el Cumil es un hombre que asoma su cabeza, en actitud curiosa y de simple mirón, saliendo de una alcantarilla, dicen, que para observar las faldas y piernas bonitas de las viandantes.

Tocarla, al parecer, trae buena suerte y es así que el gorro que cubre su cabeza se encuentra más brillante, consecuencia de tanto roce.
Acariciar la cabeza del Cumil dicen es señal de buena suerte.
Ala búsqueda de la primicia. El paparazzi se esconde en una esquina para no ser visto.

  Muy cerca de allí, en la calle Radnicna, nos encontramos con curioso y original paparazzi apostado sobre una esquina, y en actitud de sacar una fotografía.
No nos quedó más remedio que imitar la curiosidad del soldado de Napoleón.

En plena Plaza del Mercado o Plaza Mayor, la Hlavné Namestie, son dos las figuras que nos encontramos. Una de ellas es un soldado, perfectamente marcial dentro de su puesto de guardia. La otra, es la simpática pose de un soldado napoleónico, apoyado sobre un banco, disfrutando plácidamente del bullicio de la plaza, muy cerca de la Embajada de Francia. Sin duda aquí la foto es obligatoria.
Queríamos darle un poco de compañía al soldado napoleónico.

Ya en la calle Sedlarská, también cerca de la Plaza Mayor, nos encontramos con uno de los personajes más populares y famosos de la vida de la ciudad: el Schöne Náci. En alemán quiere decir “el bello Ignacio”. Identifica a un personaje, mentalmente enfermo y pobre, pero que hablaba 3 idiomas: eslovaco, alemán y húngaro.

A pesar de su situación, nunca descuidó su elegante forma de vestir y sus modales. Siempre enfrascado en un frac, con su sombrero de copa y guantes blancos y su inseparable bastón, frecuentaba las cafeterías de la ciudad galanteando y saludando con extrema cortesía a las mujeres jóvenes. Toda esta amabilidad le granjeó el afecto de los habitantes de Bratislava.

Y por último, a la altura del número 29 de la calle Panská, podemos ver a un hombre inclinado en la fachada de una casa en una actitud crítica sobre lo que es un vecino cotilla. Otros, según la leyenda, indican que el Caganer, como así se le denomina, era un pastelero que se encontraba haciendo sus necesidades cuando recibió la visita del rey, pues en domingo solía comprar dulces. Ante tan regia visita, y a los gritos de llamada de su mujer, salió de inmediato sin percatarse que no se había subido los pantalones.

  Ha sido este, un recorrido muy particular por las calles de Bratislava en el que confluyen historia, leyenda, curiosidad y simpatía. Así es Bratislava. Solo queda disfrutarla con salud, ciudadanos viajeros.
 
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Bratislava, el placer de pasear.

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COMENTARIOS

  • Anónimo escribió

    noviembre 9, 2011

    Es cierto, como bien dices en muchas ocasiones identificamos a las ciudades por otros símbolos: La Sirenita en Copenhague; El Oso y el Madroño, en Madrid; El geiser del Lago Leman en Ginebra…etc, etc… y merecen la atención de nuestras fotos con mayor simpatía que algunos monumentos.
    Un recorrido muy bonito y además contando las anécdotas. Me gusta mucho tu blog. Gracias por compartir.

    Responder
  • ulises escribió

    noviembre 9, 2011

    La de la alcantarilla es buenísima.

    Responder
  • José Manuel Beltrán López escribió

    noviembre 16, 2011

    Hola anónimo,
    Siempre hay anécdotas que contar en las ciudades que visitamos. Gracias por tu comentario.

    Hola Ulises,
    Es la más popular y fotografiada de Bratislava. Y, la verdad, es que resulta muy graciosa.
    Gracias por tu comentario, ciudadano.

    Responder
  • Abril escribió

    noviembre 27, 2011

    Cada día aprendo más cosas, no hay vez que entre en parada y fonda que no me quede con algo nuevo!
    Yo en Bratislava me volvería loca, la estatua del paparazzi se quedaría corta a mi lado jeje

    Un abrazoo!

    Responder

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